-EL ENTORNO-GEOLOGÍA

GEOPARQUE UNESCO SOBRARBE-PIRINEOS

LOS SECRETOS DELAS ROCAS

POR ÁNCHEL BELMONTE

Geólogo y director científico del Geoparque de Sobrarbe

EL ORIGEN DE LOS PIRINEOS

Caminar entre estas altas montañas nos abre la puerta a un viaje en el tiempo. En sus rocas están brillantemente escritos los principales episodios que han hecho posible la construcción del Pirineo. Una historia que se remonta a cientos de millones de años atrás, así de antiguas son la mayor parte de las rocas que pisarás.

Por sorprendente que parezca, las rocas de Chistau, Rioumajou y Héas ya pertenecieron a otra cordillera en el pasado: la gran cordillera varisca. De dimensiones himaláyicas, sus rocas sufrieron enormes esfuerzos que las deformaron con pliegues inverosímiles. Si agudizas la vista los verás en tu camino. Pizarras, esquistos, mármoles o granito son algunas de las rocas que forman estas montañas. Pero también rocas más jóvenes, generadas bajo mares tropicales, componen algunas de las montañas más míticas del trekking. El de Treserols es uno de los más altos macizos calcáreos de Europa. Los fósiles que observaremos dan fe de cómo la colisión entre Iberia y Europa convirtió aquellos viejos mares en una inmensa cordillera para nuestro disfrute. Grandes cabalgamientos movieron hacia el sur estas rocas, apilando unas sobre otras para levantar las montañas del fondo del mar.

Desde que existe el Pirineo, una intensa erosión se ha encargado de dar forma a las montañas. De exponer los impresionantes pliegues y cabalgamientos que componen su arquitectura y de excavar los vertiginosos valles que conducen hacia ellas. El agua, en todas sus formas, será la protagonista.

EL ORIGEN DE LOS PIRINEOS

Caminar entre estas altas montañas nos abre la puerta a un viaje en el tiempo. En sus rocas están brillantemente escritos los principales episodios que han hecho posible la construcción del Pirineo. Una historia que se remonta a cientos de millones de años atrás, así de antiguas son la mayor parte de las rocas que pisarás.

Por sorprendente que parezca, las rocas de Chistau, Rioumajou y Héas ya pertenecieron a otra cordillera en el pasado: la gran cordillera varisca. De dimensiones himaláyicas, sus rocas sufrieron enormes esfuerzos que las deformaron con pliegues inverosímiles. Si agudizas la vista los verás en tu camino. Pizarras, esquistos, mármoles o granito son algunas de las rocas que forman estas montañas. Pero también rocas más jóvenes, generadas bajo mares tropicales, componen algunas de las montañas más míticas del trekking. El de Treserols es uno de los más altos macizos calcáreos de Europa. Los fósiles que observaremos dan fe de cómo la colisión entre Iberia y Europa convirtió aquellos viejos mares en una inmensa cordillera para nuestro disfrute. Grandes cabalgamientos movieron hacia el sur estas rocas, apilando unas sobre otras para levantar las montañas del fondo del mar.

Desde que existe el Pirineo, una intensa erosión se ha encargado de dar forma a las montañas. De exponer los impresionantes pliegues y cabalgamientos que componen su arquitectura y de excavar los vertiginosos valles que conducen hacia ellas. El agua, en todas sus formas, será la protagonista.

LA ERA DEL HIELO

Buena parte del paisaje que atraviesa el trekking de Las Feixas se debe a la acción de los glaciares. Hace solo 65.000 años, un suspiro en términos de tiempo geológico, realizarlo hubiese sido casi imposible porque todos los valles estaban enteramente ocupados por enormes ríos de hielo de centenares de metros de espesor y longitudes de decenas de kilómetros.

El hielo glaciar, siempre en movimiento, produjo una intensa erosión que ha dado lugar a picos escarpados, afiladas aristas y hondos circos muchos de los cuales alojan hoy ibones de singular belleza. A lo largo del camino apreciarás rocas pulidas y estriadas, umbrales que escalonan los valles y multitud de morrenas dispersas que te permitirán saber las posiciones que ocuparon los glaciares en el pasado.

Pero también podrás ver, en la cara norte de Monte Perdido y de La Munia, sus pequeños glaciares aún activos. Sus dimensiones son reducidas pero su valor ambiental incalculable. Se trata de los últimos reductos de hielo glaciar, heredero de los aparatos que crecieron durante la Pequeña Edad del Hielo, que finalizó en el siglo XIX.

LA ERA DEL HIELO

Buena parte del paisaje que atraviesa el trekking de Las Feixas se debe a la acción de los glaciares. Hace solo 65.000 años, un suspiro en términos de tiempo geológico, realizarlo hubiese sido casi imposible porque todos los valles estaban enteramente ocupados por enormes ríos de hielo de centenares de metros de espesor y longitudes de decenas de kilómetros.

El hielo glaciar, siempre en movimiento, produjo una intensa erosión que ha dado lugar a picos escarpados, afiladas aristas y hondos circos muchos de los cuales alojan hoy ibones de singular belleza. A lo largo del camino apreciarás rocas pulidas y estriadas, umbrales que escalonan los valles y multitud de morrenas dispersas que te permitirán saber las posiciones que ocuparon los glaciares en el pasado.

Pero también podrás ver, en la cara norte de Monte Perdido y de La Munia, sus pequeños glaciares aún activos. Sus dimensiones son reducidas pero su valor ambiental incalculable. Se trata de los últimos reductos de hielo glaciar, heredero de los aparatos que crecieron durante la Pequeña Edad del Hielo, que finalizó en el siglo XIX.

EL PODER DEL AGUA

El relieve por el que transcurren los itinerarios es tremendamente escarpado y abrupto. Las lluvias, a las que se suma el agua de fusión nival, son importantes. El resultado de esa combinación es una abundante cantidad de agua que se desplaza con fuerza y es capaz de erosionar las montañas generando paisajes de una estética impresionante.

En las cotas altas, se hiela y deshiela en las grietas de la roca desprendiendo trozos que caen y se amontonan en inmensas pedreras. Acumulada en forma de nieve, se desprende de manera súbita puliendo las canales de aludes en los enormes paredones que rodean los grandes valles.

En las zonas de roca caliza, como las del Parque Nacional de Ordesa o Estaubé, el agua disuelve pacientemente la roca dando en superficie enormes extensiones de lapiaces y dolinas, en lo que constituye un verdadero paraíso kárstico de alta montaña. Pero el camino del agua continúa bajo tierra. Kilómetros de galerías y pozos, a veces con depósitos de hielo perenne, horadan los macizos y conducen el agua hasta las surgencias. Allí vuelven a la luz y siguen su camino por los cañones y barrancos que arañan las laderas. Una seña de identidad de buena parte de los recorridos de este trekking.

EL PODER DEL AGUA

El relieve por el que transcurren los itinerarios es tremendamente escarpado y abrupto. Las lluvias, a las que se suma el agua de fusión nival, son importantes. El resultado de esa combinación es una abundante cantidad de agua que se desplaza con fuerza y es capaz de erosionar las montañas generando paisajes de una estética impresionante.

En las cotas altas, se hiela y deshiela en las grietas de la roca desprendiendo trozos que caen y se amontonan en inmensas pedreras. Acumulada en forma de nieve, se desprende de manera súbita puliendo las canales de aludes en los enormes paredones que rodean los grandes valles.

En las zonas de roca caliza, como las del Parque Nacional de Ordesa o Estaubé, el agua disuelve pacientemente la roca dando en superficie enormes extensiones de lapiaces y dolinas, en lo que constituye un verdadero paraíso kárstico de alta montaña. Pero el camino del agua continúa bajo tierra. Kilómetros de galerías y pozos, a veces con depósitos de hielo perenne, horadan los macizos y conducen el agua hasta las surgencias. Allí vuelven a la luz y siguen su camino por los cañones y barrancos que arañan las laderas. Una seña de identidad de buena parte de los recorridos de este trekking.

EL GEOPARQUE UNESCOSOBRARBE-PIRINEOS

La enorme riqueza geológica de los paisajes que acompañan al trekking goza del más alto reconocimiento internacional. El Geoparque Mundial de la UNESCO Sobrarbe-Pirineos contiene muchas de las montañas esenciales para entender la formación del Pirineo. Entre sus cometidos está proteger ese patrimonio geológico y divulgarlo a toda la sociedad, además de ponerlo al servicio del desarrollo sostenible de Sobrarbe y sus habitantes.

Pero además, la UNESCO ha reconocido con la figura de Patrimonio Mundial Pirineos-Monte Perdido buena parte de los valles españoles y franceses que atravesarás. Un paisaje y un patrimonio que no entiende de fronteras.

El escenario es grandioso en lo estético pero no lo es menos en cuanto a su contenido, a los relatos que nos cuenta de los últimos 500 millones de años de historia de la Tierra. Fuerzas colosales que plegaron las rocas de Chistau, desiertos que tiñeron de rojo las rocas de Suelsa, glaciares que mordieron las paredes de Troumouse o aguas que aún hoy disuelven las calizas de las Treserols.

Todo el poder del planeta se exhibe ante ti a cada paso del trekking. Que lo disfrutes.

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·NO DEJES BASURA·
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